Hoy quiero hablarles de un clásico del cine de terror, incluso una película de culto para algunos cinéfilos del género, pero les hablo de ella, simplemente como punto de referencia, no se emocionen demasiado.
Así que para entrar en contexto para quienes la vieron y quienes no (recomendadísima para estos últimos) esta película estrenada en 1973 narra la historia de una niña poseída por un demonio, ojo no EL DEMONIO, como algunos quisieran hacerlo ver, pero tampoco por un diablillo de quinta. Lo que la hace a ojos de algunos entendidos aún más terrorífica; además esta el hecho que su guionista William Peter Blaty se basa en la novela homónima de su autoría, publicada en 1971 y dice inspirarse en hechos reales. En fin en resumen es la historia de un caso de posesión demoniaca y a mi manera de ver Bazuzu, el demonio, es una potestad, pues “Como es arriba es abajo”, afirma el Kibalión por lo que podemos argumentar que como es en el cielo, es en la tierra y en el infierno, hablando de un orden jerárquico de seres angélicos.
Pero esta pequeña reseña no se trata de una discusión de angelología, ni demonología o similares, ya que no es nuestro campo, y aquí simplemente quiero presentarles el meollo del asunto, así que vamos a la serie de televisión homónima que data de 2016, algo viejita si, pero que me tope gracias a algún servicio de Streaming (los dioses bendigan el stremiang).
Con solo 20 episodios, divididos en dos temporadas, nos narra las aventuras, dudas, tristezas y desengaños de dos sacerdotes, el primero un consagrado exorcista, que lleva tanto tiempo en esto que ya tiene callo en la fe y por lo tanto es muy ortodoxo en sus métodos defendiendo a capa y espada a sus “pacientes”, el segundo, el neófito, por ende el que genera más problemas, es un cura arrogante, párroco de una pequeña iglesia en Chicago pero de un futuro prometedor, que se ve envuelto en un caso de posesión, en el que no puede decidir que hacer, pues la evidencia presentada no es suficiente para que la diócesis, representada por un Obispo, que como podrán imaginar es un lamebotas enfocado en el dinero (figura cliché desde el medioevo), apruebe un exorcismo, todo esto aderezado con un complot, literalmente diabólico para apoderarse de la Iglesia Católica.
Aquí hago una aclaración, pues mi nivel de ñoñez me llevo a preguntarme ¿por que en las películas y series de exorcismos siempre pasa lo mismo? Pues si, Señoras y Señores, si existe un proceso, con el fin de curarse en salud, pues ahora sabemos que no todos estos “síntomas” de posesión, se refieren a una intervención directa del demonio como tal, existen muchas enfermedades que en la antigüedad eran identificadas con esta condición, se hace una especie de triage en el que el exorcista hace tres preguntas clave al “paciente” y dependiendo de su repuesta se envía o no al psiquiatra, es un conocimiento al que solo tiene acceso quienes se dedican a esto, así que no puede averiguar más.
Volviendo a lo que nos atañe, la segunda temporada es más dramática, y ocurre en una isla, tiene guiños hacia la película original, al igual que la primera y además a terror en Amitiville, sin los Warren en el cuadro, esta temporada además nos presenta un nuevo dilema entre Marcus (el mentor) y Tomas (el aprendiz) su primer gran error y la importancia que habría tenido de haber continuado la serie, que no se como cerrar, aunque imagino que como la mayoría de series del genero tendría que ver con un apocalipsis y alguna profecía como las de Fatima o Nostradamus.
Y la parte técnica, se preguntarán, no soy experta en ello, pero debo decir que encontré cosas maravillosas en la serie, especialmente en la primera temporada, la musicalización, es genial, si tienes la oportunidad de verla con tu home teather o tu barra de sonido encendida, hazlo sin dudar, como diría un amigo mio, los bajos, amigos, los bajos, sientes como se apoderan de tu cuerpo generando una sensación de desasosiego que aún en cines no he sentido. La fotografía, en ambas temporadas, instintivamente te guía hacia un estadio diferente de la narración. Y en la primera temporada Genna Davis como Angela Race… simplemente es Genna Davis, no es necesario dar más explicaciones.
Para cerrar suelo tener una escena favorita o un momento favorito en las series que veo, en esta tiene que ver con monjas, la medalla de San Benito y evidentemente un exorcismo, para mi, es una escena sublime.
Escrito por YoCa
Chía, junio de 2021
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