domingo, febrero 21, 2021

Kamino y la guerra de los clones




La primera película de “Star Wars” nos mostró un mundo desértico iluminado por dos soles. En Tatooine conocimos al último de los Yedi (una antigua casta de magos), Obi-Wan Kenobi tenía la misión (reservada) de proteger al joven Luke de la maldad del imperio. Y lo logra hasta que por cosas de “la fuerza” se conocen y comienzan a conversar sobre la guerra que se yergue sobre ellos. Fue entonces cuando en medio de una fluida charla el maestro Kenobi le cuenta a Luke que conoció su padre (el de Luke) en la Guerra de los clones.
En los años 80 y noventa en Bogotá era muy común comprar los computadores por partes y algunos chicos como yo, preferíamos hacerlo más en forma de diversión que economía porque algunos podían fácilmente duplicar y más el costo de un equipo “completo” comprado de la tienda. A estos aparatos los llamaron clones.



Cuando vi la película por Caracol televisión y escuché la frase “guerra de los clones” me imaginé un asunto totalmente distinto al que realmente trataba hasta que por el mismo canal pude ver otra historia “Los niños de Brasil” que trata sobre el mito que, en ese país suramericano, alemanes leales a la ideología nazi, pretendían resucitar al extinto líder.


Presentaron una explicación bastante lúdica: Los clones se llaman así por la palabra griega que significa “retoño” porque notaron que en la naturaleza a veces se pueden multiplicar las especies de manera asexual. El primer animal clonado fue la rana Gurdon del cual lograron individuos idénticos al original.




Kamino es el planeta acuático (de no humanos), en Star Wars, donde fabrican los clones que pidió el maestro (Yedi) Sifo-Dyas. Sitio descubierto (tarde) por Kenobi en momentos en que ya se urdía una rebelión por parte de la federación de comercio sobre la república.


Actualmente la idea de construir un ejército de clones suena algo menos que ridícula. Aunque las licencias dotadas a una producción de cine permiten que escriban sobre un planeta donde extraterrestres fabrican clones a diestra y siniestra es como legalizar un tipo de esclavitud que iría en contra de la ética de una logia tan poderosa como la de los Yedi.

La ciencia está muy adelantada y actualmente existen países que tiene la capacidad de realizar la clonación humana, que está prohibida por consenso por sus limitantes éticos y es un negocio legal clonar las mascotas. Los conocimientos sobre nuestra naturaleza y la de otras especies permite la idea y la práctica de experimentos en que se cruzan cualidades de un animal con otros y se permiten el sueño de crear semillas resistentes a la dureza del clima.

La ciencia permite soñar en aumentar la longevidad y permite el ideal de muchas parejas de tener hijos resolviendo problemas tanto biológicos como éticos y talvez dentro pocos años sabremos de un país que produzca bebes de manea industrial para padres y madres urgidos de dar amor.

Autor: Luis Fernando Urrea Beltrán


 

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