jueves, enero 02, 2020

Mi infarto

En esta crónica quiero contarle mi experiencia al sufrir un infarto del miocardio.



El dolor en el pecho y espalda parece ya parte de mí. Son horas soportándolo al punto que ya es casi en normal. En la sala de espera del hospital llevo tan solo sesenta minutos, pero no he dejado de contorsionarme y poner caras todo el tiempo, sobre todo si se acerca una enfermera. 
Me llaman por mi nombre, por lo que me levanto de mi silla y camino pausado los tres metros que hay hasta el pequeño consultorio donde la señorita aún está tomando la presión arterial a una señora. La enfermera me ve parado en la puerta y en una mirada rápida me asegura que en un momento me atiende.


Lo invito a seguir esta historia en

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