El rey de los monstruos, Godzilla

Igual que King Kong, Godzilla es una criatura de la naturaleza

En 1954 llegó al cine Japonés la aventura de un monstruo gigantesco que se metía en las ciudades para destruirlas.  En Estados Unidos de América ya había hecho estropicios un gorila gigante que gracias a la pericia de las fuerzas militares se pudo controlar.

Japón es un país atormentado por los temblores desde siempre por lo que se tiene la leyenda de que debajo de la tierra caminan dragones. Los norteamericanos en la segunda guerra con las bombas en Hiroshima y Nagasaki liberaron uno de estos dragones que se dedicó a arrasar con Tokio.

Godzilla no se parece en nada a los dragones, más bien es una mezcla de diferentes dinosaurios. Para algunos su nombre original “ゴジラ" (Gojira,  como suena en japonés) es el resultado de la unión de dos palabras japonesas “gojira” (Gorila) y “Kujira” (Ballena).

Igual que King Kong, Godzilla es una criatura de la naturaleza que nada que ver con los humanos. Ellos solamente están allí en su medio ambiente sobreviviendo hasta que la avaricia humana interviene y es una prioridad de la naturaleza balacear el planeta.

El gigantesco monstruo nipón es mostrado como el enviado por la primigenia inteligente madre naturaleza y su obligación es destruir la peligrosa tecnología que llevaría a la humanidad a (no solo) su autodestrucción, sino a la de toda forma de vida en el planeta.

En el nuevo siglo Godzilla ya no persigue a la humanidad luego de un largo sueño debe despertar para defender la humanidad de unas criaturas milenarias nivel dios (o demonio) que pretenden apoderarse de todo. 

En esta última película nos obligan a ver a este avechucho como un amigo que nos defiende contra otros avechuchos. Lo que no nos muestra este universo apocalíptico es la nueva posición de la humanidad. No veo las ciudades igual de tranquilas, más bien intuyo ciudades subterráneas o espaciales para que liberen de este peligro latente. 

Por: Fernando Urrea