Me hacia falta metas y programé un destino a la alegría todas las mañanas con rutas llenas de primeras veces y sueños por cumplir.
Estaba lleno de culpa por lo que hice y no realicé. Establecí un tratado de paz con mi pasado y no le exigí a mi futuro temeridades. Contraté con el presente nuevos estimulos para los proyectos emprendedores.
Me hacia falta fe y comencé a adorar los amaneceres.
- Luis Fernando Urrea Beltrán
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