Imagen: Francisco Olea |
Terminé el bachillerato en un colegio que cuando me matriculé por primera vez se llamaba “Colegio Parroquial San Gabriel Arcángel” y mientras cursaba el bachillerato cambió de nombre a “Colegio Parroquial San Juan Bautista de la Salle”. En este ”campo de concentración” como diría un compañero de la universidad, la psicóloga del colegio me recomendó que leyera un libro en el cual explicaba mi estado mental, de lo que ya había adelantado algunas cosas en nuestras sesiones en que me explicaba que yo tengo las cualidades para dedicarme a hacer cualquier cosa.
No sabía, en esos días, de donde salió la imagen que tengo de mí. Pero gracias al libro que me recomendó ahora tengo una idea más clara de donde provienen mis preceptos con los cuales me enfrento a mi familia, mis amigos y las relaciones sentimentales.