Los ascensores son máquinas
En el edificio en que vivo hay dos ascensores, uno que frena en pisos pares y otro que lo hace en pisos impares. Mi piso es número par. Pero cuando me veo urgido opto por presionar el botón de ambos aparatos.
Esos días en que subo en el ascensor que solo se detiene en pisos impares puedo pedirle que lo haga un piso arriba para solo bajar o por el contrario en uno o dos pisos abajo para hacer un poco de cardio.
Los ascensores son máquinas, como los carros, que a veces uno puede ignorar o entrar al mundo Disney y de vez en cuando hablarles (aprovechado la era de los celulares ya nadie se preocupa si uno está hablando solo) mientras se está dentro, se empieza a descubrir que tienen días buenos y días malos, como las personas. Que se enferman y pasan por terribles días de disgustos y en estos días descubrí que entre los dos hicieron una espacie de pacto.
Me he dado cuenta que cuando están relativamente juntos, no importa cual este más arriba, el que tiene destino pisos pares llega primero. Puede ser una pura sugestión pero de cada diez veces que hago la solicitud llega siempre el de pisos pares con ventaja al otro. Tanto así que me da la sensación que la máquina que tiene destino pisos impares se frena un poquito para que el otro llegue primero.
Nota:
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Autor Luis Fernando Urrea Beltrán
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