Un día desperté en un hospital y no era yo. Estaba en otro cuerpo. Otro rostro, otra vida. Pero recordaba toda mi vida anterior y me propuse a corregirlo todo.
Aun mirando el techo y sin fuerzas hacia planes. Caminaré más, escucharé más, la amaré más.
Y la recordé a ella... la amaré más. Y recordé el dolor de la última despedida y de la anterior y de la anterior.
Y sonreí...
La amaré otra vez, vale la pena cada momento aunque me mate la despedida.
Luis Fernando Urrea Beltrán
@textofresco
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