Te alejaste porque tocaba, a lo mejor una decisión de Dios.
Tomamos cosas de las personas, nos enriquecemos todos los
días con los ademanes y dichos de quienes nos rodean; la presencia de los seres
que amamos nos complementa y si se van o ya no están, nos dejan un gran espacio
vacío, pero, estoy lleno de ti porque me dijiste más de una vez mis cualidades,
me abrazaste tantas veces que no tengo forma de contarlas y sé que me
amabas. Tu afecto lo sentí muchos de
esos días en que me acompañaste, me diste tu mano para cruzar las calles y para
enfrentar un mundo que sentíamos que se atravesaba.
Te alejaste porque tocaba, a lo mejor una decisión de Dios.
Ya no me vez con los mismos ojos, la ilusión se fue como vinieron los años,
pero sigo lleno de ti. Me tocó cambiar de color las paredes, además huir de los
cuartos donde creció nuestra familia y donde marcamos con lápiz el crecimiento
de nuestra hija.
No estas y ya no estoy, pero sigo lleno de ti y es bueno.
Cada situación de la vida nos enriquece, nos hace quien somos, no tengo que
negar que en ese espacio estabas y que la vida continúa. Los retos están
enfrente donde con esperanza y un sueño compartido alguien más querrá enfrentar
la vida junto a mí.
Llena de mí vivirás tu vida, como víctima de mis inventos o
heredera de mis desaciertos y beneficiaria del amor; que en algún momento
invertí en ti. Eras mía y te pertenecía el día entero, cada pensamiento, cada
proyecto y ahora eso te queda. Mis ademanes, mis manías y los reclamos.
Recordaras mis abrazos en las noches frías. Porque es lo hacemos los humanos
recordar con afecto a quienes alguna vez amamos.
Fernando Urrea – Texto Fresco CM 2019
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